¿Quiénes ganan con el declive del cine y el papel?

Hoy venimos con una paradoja: en una entrevista realizada sobre soportes digitales, el escritor catalán Jordi Carrión conversó con nuestro colaborador Xavier Gómez Muñoz sobre la vigencia de los libros de papel, a los que les augura una larga vida. Carrión es autor de libros como Los muertos, Los huérfanos y Los turistas, publicados por la editorial Galaxia Gutemberg, pero también es docente y director del Máster de Creación Literaria de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Carrión es también célebre por su libro de ensayos Teleshakespeare, en el que analiza, desde las herramientas de la literatura, a las series de televisión del siglo XXI. Este libro es anunciado por la editorial que la publicó, Errata Naturae, como uno que habla de cómo la caja ‘tonta’ se convirtió en la caja ‘inteligente’.

En efecto, en un momento en el que la industria cinematográfica ha entrado en guerra con la piratería por todo el mundo, las salas de cine luchan por sobrevivir ante la violenta llegada de internet, pero el formato que mejor se adaptó y que más está aprovechando la globalización de los contenidos son las series: Breaking Bad, Mad Men, The Wire, American Gods, Orange is the New Black —y todo un listado de programas que a estas alturas puede ya estar siendo interminable— han demostrado que —tal como terminó ocurriendo con la novela gráfica— este formato ha dejado de ser un género menor o el lugar adonde van a morir las carreras de las estrellas de cine cuando ya ninguna película los quiere contratar.

Por supuesto, casi veinte años después de la aparición de Los Soprano o diez de Roma, hay toda una nueva generación de guionistas que crecieron acostumbrados a esperar de las series algo más que la contraparte estadounidense de lo que han sido las telenovelas para América Latina. Y el secreto del acenso de las series, al parecer, ni siquiera está en el dinero (a pesar de que actualmente sí se invierte más en su producción), sino en la libertad creativa que estas les permiten a sus guionistas, productores y directores; lo que siempre será ganancia para nosotros los espectadores.