Plasticidad de cuerpos, multiplicidad del espacio

Foto: Pablo Gordillo

Respira es una pieza que nace de un proyecto formativo-investigativo de la compañía Imaginoteatro (con base en Quito) con gente de diversas trayectorias y experiencias estéticas. Si bien los directores de este grupo, Magdalena Soto (Chile) y Santiago Carcelén (Ecuador), ya habían realizado muestras de procesos como derivas de sus laboratorios generados tanto en el sector independiente como en el ámbito institucional-académico (Santiago fue profesor en la Universidad de las Artes, donde estableció los cimientos de esta propuesta hace más de un año), esta es la primera obra acabada que emerge de sus indagaciones pedagógicas con su particular lenguaje.

Hay dos posibilidades (que, por supuesto, se mezclan entre sí) de mirar Respira, justo por la doble dimensión en la que está inscrita. Se la puede observar desde su condición autónoma como pieza escénica, es decir, un trabajo que se ha alistado para funcionar en el circuito de producción y circulación artística; pero también como deriva de una investigación-creación. Es necesario posarse en esto último porque este proceso permite dar cuenta de unas estrategias de escritura-montaje que se escapan a las lógicas que dominan nuestro contexto y abren nuevos horizontes para pensar las metodologías teatrales hoy.

Si se hace el ejercicio de leer la obra autónomamente, desmarcándola de esa antesala en la que se inscribe, se convierte en una experiencia para enfrentarse a las múltiples posibilidades plásticas que pueden desplegarse de una escena desnuda. No hay más materiales que los cuerpos de los actores en escena ensamblados con la luz, con el sonido y una brevísima irrupción de texto (una palabra suelta, un nombre dicho…), lo que hace que uno pose los sentidos sobre ellos y pueda reconocer la capacidad parlante que aflora de su gestualidad cuidada, del movimiento preciso.

Todo eso me lleva irremediablemente, como espectadora, a asistir a la mutación de unos cuerpos que a veces encarnan a personas y otras, a objetos vivos u otro tipo de sustancias. Y en eso soy enfática: no actúan como si fuesen otro tipo de materias, se tornan en ellas. Es un proceso de escritura espacial en el que los actores brillan en su posibilidad de desdibujar su propia gestualidad adscrita a su condición humanoide, para mostrar que otras capacidades pueden ser reveladas por los cuerpos.

Los intérpretes, de ese modo, no solo van construyendo una narrativa, sino una suerte de coreografía que levanta arquitecturas efímeras, seductoras para quien observa. Tan interesante es este aparataje sin andamiaje físico que tejen los cuerpos, que la historia que se cuenta no es lo principal.

Aunque hay una clara intención de una dramaturgia textual (no dicha, pero latente) que narra un tránsito entre las zonas de vigilia y una zona construida por el inconsciente, entre el cuerpo físico y el astral, la riqueza de este proyecto radica en todo lo antes descrito. En cierto momento es posible saber que, gracias al conocimiento sobre el espacio que poseen estos artistas, están preparados para sostener las bases de cualquier narración.

El entramado permite cambios de locación y de planos, incluso a pesar de que todo acontezca siempre en el mismo espacio. Una serie de recursos, de técnicas que hacen guiño a la cinematografía, están claramente incorporados en este montaje. Gracias a ello, la escena desnuda va multiplicándose y va revelando su espesura al punto de que se nos permita a quienes estamos frente a ella observar unos lugares que se construyen e inmediatamente se desvanecen para dar pie a otros sobre los cuales va erigiéndose la trama.

La grandilocuencia que se crea por el despliegue, tanto técnico como corporal y espacial es, probablemente, lo que aún no permite que uno como público se desprenda de la fascinación ante los mecanismos que constituyen la obra, y pueda sucumbir del todo en lo poético. Sin embargo, si se pone en perspectiva esto y se recuerda en dónde se inscribe este trabajo, vale apuntar que se trata de una indagación de seis meses de proceso pedagógico y solo dos meses de montaje.

La inclinación de la obra hacia la técnica no es problemática en este momento del proyecto, ya que ahora permite develar un rigor que no es habitual en la escena nacional, cada vez más enfocada en desarrollar prácticas exprés que olvidan el cuidado formal y que engrasan las lógicas de una industria teatral emparentada con el entretenimiento. O bien, en prácticas instaladas en modos de creación harto conocidos.

Justo de la mano de esto último, salto a la otra dimensión contenida en Respira, que es la que está detrás de la obra: el proceso pedagógico que han llevado a cabo los codirectores de Imaginoteatro gracias a una beca ganada de los fondos concursables del Ministerio de Cultura. La base que sostiene su proyecto es la metodología de Jacques Lecoq (en la que se formaron Santiago y Magdalena). Los rasgos lecoquianos se hacen explícitos en la exploración exhaustiva en las leyes del movimiento, en una búsqueda sostenida sobre el reconocimiento de la geometría del espacio y en cómo el despertar hacia ello le permite a los actores estallar el entendimiento de la escritura, no como práctica que se circunscribe a la letra y al papel, sino como práctica que en teatro se produce espacialmente.

Imaginoteatro, además, sigue desarrollando sus talleres, mientras prepara la apertura de su Escuela de Teatro, Creación y Movimiento, que tendrá como antesala un laboratorio de entrenamiento corporal, que se anuncia para agosto. Toda la información está disponible en imaginoteatro.com. Sin duda, una oportunidad para ensanchar el panorama teatral del país.

Notas

Hasta ayer estaba previsto que la obra se presente en la Sala Mariana de Jesús de la Casa de la Cultura y entre el 15 y el 18 de este mes tendrá una pequeña temporada en la sala Malayerba (Sodiro 345 y 6 de Diciembre), con funciones a las 20:00 de jueves a sábado; y el domingo, a las 18:30. Las entradas tienen un costo de $ 10 (general), $ 8 (estudiantes) y $ 5, tercera edad, a excepción del jueves, que los boletos se venderán en 2 x 1.