Más que festejar, demandar igualdad de derechos

Editorial

La misma pregunta surge todos los años cuando llega el 8 de marzo, día internacional en el que se celebra a la mujer: ¿hay algo que festejar? Sí: su existencia, su lucha, su aporte para transformar la histórica injusticia que ellas han vivido en el plano público y privado. Pero, siendo sinceros, ¿ha cambiado la forma en cómo la sociedad ve y trata a la mujer en la actualidad, sin discriminación y sin prejuicios? ¿Los Estados han aplicado políticas públicas y una legislación que respeten la soberanía del cuerpo de las mujeres? ¿Los medios de comunicación acaso han dejado de estereotipar sus “roles” naturales? ¿Los niveles de violencia hacia las mujeres se han erradicado, o al menos disminuido?

Es triste constatar que la respuesta a esta interrogante es No. Veamos por qué. Según los resultados de la primera encuesta de violencia de género realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), con la colaboración de la Comisión de Transición Hacia el Consejo de las Mujeres y la Igualdad de Género, en la que se detalla que el 60,6% de las mujeres en Ecuador ha vivido algún tipo de violencia. La violencia contra la mujer no tiene mayores diferencias entre zonas urbanas y rurales. En la zona urbana el porcentaje es de 61,4% y en la rural, 58,7%. El 90% de las mujeres que han sufrido violencia por parte de su pareja no se ha separado. Según este estudio, el 52,5% de las mujeres (a pesar de ser sujeto de violencia) no se separa porque considera que ‘las parejas deben superar las dificultades y mantenerse unidas’, el 46,5% piensa que ‘los problemas no son tan graves’ y el 40,4% ‘quiere a su pareja’, mientras el 22% ‘no se puede sostener económicamente’.

A esto se suma que a los cuerpos se les ha asignado roles que deben cumplir de acuerdo con su sexo, por ello, ser mujer es, en muchos casos aún, sinónimo de ama de casa. Por otra parte, la heterosexualidad como la maternidad son, entre otros aspectos, instituciones políticas: la heterosexualidad obligatoria es un eje de la dominación sobre la mujer, en el que se le impone la tarea de reproducción.

Entonces: ¿Celebrar? Sí, pero sin ser ingenuos creyendo que las cosas han cambiado.