Hace un par de semanas veíamos cómo los titulares de prensa cumplen una función orientativa muy importante para la lectura de las noticias. Esta función es determinante porque guía al lector hacia una interpretación de aquello que va a leer, le marca la pauta, la perspectiva desde la cual mirará el hecho noticioso. Los titulares también son espacios polifónicos en los que quien redacta la nota cede la voz al protagonista de los hechos, generalmente para dar más relevancia a sus declaraciones o para distanciarse de lo que se dice, para no hacerse cargo de manera directa de aquello que se está citando. Sin embargo, el hecho de citar también implica adoptar una perspectiva; al escoger una frase o una palabra y atribuírsela a alguien, de alguna forma se está tomando partido.
Cuando leemos un titular que se refiere a declaraciones atribuidas, es necesario que nos preguntemos por qué se da relevancia a determinada frase y no a otra, y quién considera que lo más importante es lo que se ha resaltado, en detrimento de otras frases o palabras que se han dejado fuera de la nota o en segundo plano.
Las comillas son un recurso polifónico muy importante en el momento de citar, pero también lo son cuando sirven para atribuir un significado distinto a una palabra. Cuando se utilizan comillas en estos casos, de cierto modo se está cayendo en un pecado muy grave contra las prácticas de objetividad que deberían guiar la prensa: la editorialización (esta es una palabra que no registra la RAE, pero es muy común en el ámbito periodístico). Editorializar consiste en camuflar una opinión en un texto que debería ser objetivo. Al usar las comillas para editorializar, el medio que lo hace pretende deslindarse de lo que ha dicho, pero, al mismo tiempo, está demostrando su posición ideológica, política o empresarial.
El uso de esta estrategia no es tan inocente o tan honesto como puede parecer, pero es una práctica que se ha naturalizado y ante la que debemos estar atentos.
Otro tipo de resalte parecido al de las comillas que se ha naturalizado en el ámbito de los medios digitales, y que va más allá de la titulación, es el uso de las negritas. Con el advenimiento de las nuevas tecnologías, no basta con escribir un texto sino que es necesario resaltar las palabras importantes; esto se usa, principalmente, para que los buscadores ubiquen en una mejor posición a una nota, pero también se trata de un orientador de la lectura. Al resaltar ciertas palabras o ciertas frases, quien escribe la nota (o quien la edita) pone el foco de atención en lo que le interesa que el lector vea primero o en lo que se quiere grabar en la memoria. Las negritas también pueden servir para editorializar una nota, para camuflar ideologías. Por supuesto, esto no sucede en todos los medios, pero es importante que, como lectores, estemos atentos a las otras lecturas que se nos sugieren y seamos críticos ante ellas.
Apuntes de gramática y ortografía
La construcción ‘estar seguro’, que se refiere a una persona o cosa sobre la que no se tienen dudas, va precedida de la preposición ‘de’ (estar seguro de). Se recomienda evitar la expresión estar seguro que, un queísmo extendido en el ámbito hispanohablante. Ej.: Estoy seguro de que un día las cosas cambiarán.