Los debates en torno a lo que es o no arte son de larga data. Sin embargo, a estas alturas es claro —al menos en el mundo occidental— que los criterios para hacer esa distinción nada tienen que ver con lo que dictamine alguna religión. Y a pesar de ello, es precisamente esto lo que ha sucedido con una de las obras de la exposición La intimidad es política, abierta desde finales de julio en el Centro Cultural Metropolitano de Quito. Desde la semana pasada, las personas que asisten a la muestra ya no pueden ver el ‘Milagroso altar blasfemo’, un mural pintado por el colectivo boliviano Mujeres Creando, porque se restringió el acceso al sitio donde estaba. Esto ocurrió luego de que la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE) emitiera un comunicado expresando su rechazo por considerarlo ofensivo con las creencias cristianas.

No fue precisamente ese el argumento de la Secretaría de Cultura de Quito para quitar el mural del recorrido. Lo que se dijo fue que la obra había sido realizada en una pared patrimonial, por lo que se tendrían que haber gestionado unos permisos. Por supuesto, hasta que la CEE se pronunció, nadie se había percatado del tema del patrimonio.

La CEE puso a todos a hablar del mural. Sin embargo, la muestra tiene mucho más que mostrar, incluyendo obras de artistas como Núria Güell, Santiago Sierra, Nora Pérez o la famosa Marina Abramovic. Ana Rosa Valdez propone en estas páginas una visión general sobre La intimidad es política. La muestra es curada por Rosa Martínez, quien en la década pasada se convirtió en la primera directora mujer de la Bienal de Venecia. Martínez fue entrevistada por el editor de Cultura de EL TELÉGRAFO, Fausto Rivera. En esta edición, el arte ha primado. De manera simultánea a La intimidad es política, se desarrollan otras dos muestras potentes, ambas en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito: In Search of Global Poetry (a propósito de esto, Óscar Molina entrevista al presidente de la Fundación Han Nefkens) y Absorber la ficción. Además, otro de nuestros artículos habla sobre el Salón de Julio, que estará abierto hasta el 22 de agosto.

Con ustedes, CartóNPiedra N°. 302.