Cada vez que regresaba al pasado, la escritora ecuatoriana Gabriela Alemán se daba cuenta de que tenía que ir un poco más hacia atrás. Son los desafíos que se encuentra un autor cuando se plantea escribir una novela que intenta contar la Historia a través de una historia. Humo es protagonizada por una mujer llamada Gabriela, como la autora, que llega a una casa de Asunción (Paraguay) donde debe retirar un paquete. Se trata de un encargo que le hizo a Andrei, un amigo suyo que vivía ahí, pero que ya ha fallecido. El encargo se lo entrega el hijo de Andrei, Pablo. Y entonces empieza a andar la máquina de la memoria.

Mientras recuerda el período en el que residió en ese país, se activa también el pasado de Andrei, un europeo establecido en Paraguay, quien estuvo en la guerra del Chaco. En la obra, se evidencia cómo Paraguay privatizó gran parte de su territorio. En estas páginas también somos testigos del surgimiento del Partido Colorado, de las muertes que se fueron acumulando en el siglo XX, del ascenso del general Stroessner al poder (quien fue dictador durante 35 años). La novela conecta el presente con ese pasado que está lleno de ocultamientos, de corrupción, de esa historia de la que está hecha América Latina.

En esta edición también recordamos a José María Velasco Ibarra. Nunca pasa de moda hablar del cinco veces presidente del Ecuador, pero hace poco tomó más fuerza con la publicación de la novela El perpetuo exiliado, en la que Raúl Vallejo narra, sobre todo, la relación que el político tenía con su esposa, Corina del Parral. Hacia el final de nuestras páginas, Eugenio Raúl Zaffaroni, actual juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, recuerda a Velasco, con quien tuvo una amistad cercana en sus dos últimos exilios: en los sesenta y en los setenta.

También queremos recordar a Segundo Nazareno Mina, más conocido como ‘don Naza’, quien falleció el pasado martes 28 de marzo a los 97 años. Gracias a su voz, este personaje fue designado en Cali como el mejor intérprete vocal de la música tradicional del Pacífico colombo-ecuatoriano. La de ‘don Naza’ fue la voz escogida para empezar la serie De taitas & de mamas, en 2013, que pretendía registrar y preservar el patrimonio intangible del Ecuador.