Muchas veces sucede que solemos encontrarnos en contextos en los que compartimos con personas de otros lugares y de otras culturas. Y, en estos contextos, es bastante normal que uno de los temas recurrentes sea la lengua, precisamente porque esta es una de nuestras principales marcas de identidad. Cuando estamos lejos de nuestra casa, de nuestra cultura, poder ‘hablar nuestro idioma’ o hablar acerca de nuestra lengua es una especie de remanso, y también la forma de definirnos. Al encontrarnos con personas que hablan otras lenguas u otras variedades es inevitable hacer preguntas del tipo: ¿esto cómo se dice en tu país?, ¿ustedes también usan tal o cual frase?, entre otras. También suele pasar que decimos una palabra o una expresión y los otros nos quedan mirando extrañados, sin entender, o entienden una cosa totalmente distinta. En estas confusiones que a ratos parecen babélicas tenemos que dar explicaciones o solo preguntar al otro qué quiere decir. Entonces empieza siempre una conversación sobre la cultura, sobre la lengua, sobre lo que cada uno es. Recuerdos, memorias, anécdotas que nos regresan a lo que somos y nos hacen sentirnos orgullosos de nuestras raíces.
También es bastante común, en el caso de personas que hablan variedades distintas de una lengua, que cada uno quiera ‘apropiarse’ de la corrección del idioma, como si este tuviera una única forma correcta. Es verdad que cada variedad tiene su norma; en el caso del español, no es lo mismo escribir para lectores argentinos que para lectores mexicanos. Tampoco es lo mismo ser profesor de español en España o en Ecuador. Cada país cuenta con sus propias convenciones, que el ‘visitante’ debe tomar en cuenta para comunicarse de una manera adecuada, pero esto no quiere decir que la variedad que habla el ‘visitante’ no sea correcta. Es distinta, solo eso. Acercarse a estas variedades, entenderlas y respetarlas es a veces tarea complicada, pero siempre enriquecedora, si lo hacemos con humildad y con curiosidad.
Muchas veces se discute acerca de cuál es el mejor español o en dónde se habla mejor esta lengua. Como ecuatoriana en el extranjero, en varias ocasiones la gente me ha dicho, como si fuera un piropo, que los ecuatorianos tenemos una manera muy correcta de expresarnos, como si alguien pudiera ser juez y definir qué es correcto y qué no. No es verdad que en un país se hable mejor que en otro o que haya un español nacional que guíe al resto. En realidad, lo que hace ‘correcta’ a cualquier lengua o variedad es la capacidad de comunicarse, de poder expresar las ideas con claridad. También es importante ser empático, no asumir que el otro tiene que adecuarse a nuestro registro sino buscar acuerdos, lugares en común donde todos podamos comunicarnos y construir un diálogo provechoso.