Fuguet, el pop como magma de escritura

Hay que cuidarse de las anécdotas. A veces resultan tan iluminadoras para lo que se le olvida a la historia y, en otros casos, banalizan la memoria. Así sucedió con dos grandes escritores de la literatura chilena. Se sabe, a medias, que José Donoso y Alberto Fuguet tuvieron una pelea irreconciliable en uno de los talleres literarios que dictaba el autor de Coronación. Cuando Donoso volvió definitivamente de Estados Unidos a Chile, en 1980, inició un taller de escritores —ubicado en la calle Galvarino Gallardo, en el barrio de Providencia—, quizás siguiendo el modelo de los que había dirigido en el Writers Program de la Universidad de Iowa, tiempo atrás. «Durante toda la década del ochenta, solo interrumpido por esporádicos viajes de Donoso al exterior, pasaron por ese taller literario y estuvieron en su órbita de influencia durante mayor o menor tiempo, más de cuarenta escritores», recordaba Carlos Franz, uno de los aprendices de Donoso y quien ganó el anterior año la II Bienal de Novela Mario Vargas Llosa por la obra Si te vieras con mis ojos.

La anécdota, recogida en una entrevista a Fuguet, cuenta que Donoso, en una jornada de trabajo, le dijo: «No vuelva. Eres un chico maleducado, perdido, no eres tonto pero no te hagas más inteligente de lo que eres». La expulsión sucedió luego de que Donoso le preguntara si había leído a Dostoievski, a lo que Fuguet le contestó que no y le devolvió otra interrogante: «¿Usted ha leído a Bukowski? Me respondió ‘no’, y le dije: ‘Entonces cómo se atreve a escribir’. A Donoso mi respuesta le pareció maleducada y probablemente lo fue. Además decía que yo no tenía pasta de escritor porque no había leído a los clásicos y que mi mundo no tenía ‘espesor literario’. Cuando vi La ley de la calle me di cuenta de que él creía que no se podía hacer un libro sobre chicos o gente clasemediera». El autor de Mala onda, quien usa lo pop como magma de escritura, se nutrió desde ahí de la calle.

En esta edición, Alberto Fuguet, con su puño y teclado, amplía ese testimonio incompleto y recuerda que su relación con Donoso no terminó ahí. Luego regresó a sus talleres y, aunque no se convirtieron en íntimos amigos, al menos fueron aliados. A este texto inédito se suma una entrevista en la que se discute sus dos últimas novelas —Sudor y No ficción— y un artículo de Diego Cazar sobre ‘los padres’ que mató Fuguet.

Álex Grijelmo es otro de los protagonistas de nuestras páginas. En un diálogo con Isabel Hungría, el periodista español habla de la importancia de expresarse bien. Ernesto Carrión, en su columna quincenal, reflexiona sobre Una comunidad abstracta, mientras que Solange Rodríguez aborda los casos de plagio en el arte. Bienvenidos.