“El éxito de una labor se mide por la participación ciudadana”

Miguel Mora Witt: “Los ciudadanos se apoderaron de los proyectos y pedirán que se mantengan”

Usted pone énfasis en ‘El Carnaval Quiteño. ¿De qué se trata?

Impulsamos desfiles en todos los espacios del Distrito Metropolitano dentro de los sectores norte, centro, sur y parroquias como Píntag, que tienen la capacidad de organizar fiestas con  mayores elementos culturales que el juego de carnaval con agua. A esto se ha unido el que podamos tener 12 o 14 balnearios públicos gratuitos con una programación de apoyo, y por otro lado dar ingreso gratuito a museos y centros culturales los días de carnaval. Esta fue una constante que se ha traducido en una afluencia mayor de turismo nacional e internacional en los 4 proyectos, algo que se ha medido con Quito Turismo. El que la ciudad haya sido designada  Capital americana de la cultura y recibido premios internacionales de turismo ha potenciado el crecimiento cultural turístico.

Su idea es articular la gestión de cultura con el turismo. ¿Qué pasará con ‘La Semana Santa’?
A más de las exposiciones de temas rituales y visitas a iglesias, hemos mantenido el Festival de Música Sacra, que ha sido manejado por la Fundación Teatro Sucre  durante años y que tiene gran prestigio nacional e internacional. Además, apoyamos con conciertos de música religiosa popular a cargo de la Banda del Municipio en las 8 administraciones zonales. En los meses de marzo y abril ofreceremos la más significativa de las muestras plásticas que ha tenido Quito en el Centro Cultural Metropolitano: el Víacrucis de Botero; 61 cuadros de gran formato que sin duda van a incrementar el turismo cultural.

¿Cómo logran engranar temas como el ‘Bicentenario’ y las actividades de verano?
Desarrollamos eventos dentro de las zonas del Centro Histórico: charlas, conferencias, encuentros, proyección de películas sobre los hechos independentistas, así como ‘La velada libertaria’, que tiene lugar el sábado inmediatamente posterior al 10 de agosto. En este mismo ámbito están los ‘Encuentros Interparroquiales de Cultura’, que eligen democráticamente la parroquia sede. El año pasado fue Calderón,  ahora es Gualea.

¿Cuál ha sido el propósito de ‘La velada libertaria’?
Mostrar la unidad de los pueblos de América Latina mediante la presentación de artistas nacionales y del resto del continente. Hemos tenido la presencia de Argentina, Venezuela, Bolivia, Colombia, Perú, Chile, México y Uruguay, en las plazas emblemáticas de cada administración zonal. Estas han movilizado alrededor de 350 mil personas de todo el Distrito, en jornadas culturales de 24 horas.

¿La actividad de Verano?
Se han organizado campamentos para chicos durante los 2 meses que duran las vacaciones, así como talleres en los barrios y Centros de Desarrollo Comunitario. El alcalde Barrera impulsó la constitución de 40 Centros de Desarrollo Comunitario distribuidos sistemáticamente en todo el Distrito Metropolitano. Aparte, ha ofrecido apoyos a estudiantes; hay cursos de teatro, danza, música, pintura que han recuperado los saberes y haberes de los pueblos. Más aún, los Centros han congregado muestras de cine a través de festivales como  el ‘Quito te muestra’, que ha demostrado el fuerte vínculo que existe entre el cine barrial y los veranos.

Los realizadores nacionales han liberado sus películas para que puedan exhibirse y hemos tenido como aliados al Consejo Nacional de Cine y a la CCE. Mantenemos los cursos ‘Quito cultura viva’, con sede en los Centros de Desarrollo Comunitario, donde se han impartido no solo charlas sino motivaciones para personas de la tercera edad, que es el otro eje transversal importantísimo; el proyecto  60 y piquito es una fortaleza de esta administración, porque hizo emerger a las personas de la tercera edad desde el anonimato y organizarse para mostrar sus cualidades y talentos.

La ‘Fiesta Q’ pretende ser abarcadora. ¿Lo logra?
Surgió como una alternativa ideológicamente profunda ante las fiestas de la ciudad  que, en opinión de los historiadores, debería celebrarse en agosto. Así que hemos buscado que la agenda ciudadana  ofrezca manifestaciones culturales distintas y en distintos espacios geográficos. La agenda ha empezado a mediados de noviembre, se ha extendido hasta mediados de diciembre e, incluso, se ha extendido hasta las fiestas de fin de año. Desarrollamos, además, tres nuevas centralidades. Comenzamos la construcción de Quitumbe, la plaza más grande que hay en el Distrito Metropolitano, y organizamos ferias populares por 4 años consecutivos, con una oferta artística, lúdica, gastronómica y artesanal que ha tenido enorme participación ciudadana y gran presencia de turismo internacional. Organizamos  2 grandes eventos en La Carolina, con la presencia de artistas internacionales y populares de Ecuador y, finalmente, se inauguró el  Parque Bicentenario.

El Parque Bicentenario no goza del total agrado de la gente…
Es un espacio que está en construcción. El Central Park, de Nueva York, necesitó 50 años para convertirse en lo que es. El espacio en el que se edificó el parque no estaba pensado para eso, de ahí que  no tiene árboles y el viento es excesivo… Pero se está trabajando para dotarlo de 2 arenas, una cubierta y otra descubierta para conciertos, que por cierto ya se han realizado en las mangas laterales del parque.
En el Bicentenario se han realizado infinidad de actividades, desde la posesión popular del Presidente, hasta un concierto de la Sinfónica. El Parque va a potenciar grandes emprendimientos de la empresa pública y privada, como el concierto de Metallica y de Paul McCartney en abril.

En el rumor popular se dice que no hay fiesta sin licor…
Creemos que la fiesta es más fiesta sin licor. Hemos erradicado el comportamiento peligroso que produce el alcohol, así como las riñas, y hemos disminuido casi del todo el número de accidentes, de heridos y fallecidos. Hay que destacar el autocontrol que ha tenido el pueblo quiteño. Se han derrumbado los mitos que aseguraban que no se podía realizar más de un evento por día.

Queda la impresión de que no se realizó una adecuada difusión de la gestión…
Sí, creo que fue una de las falencias, no podemos decir que sea un tema menor, porque se ha realizado una labor gigante, que ha ido más allá de la obra física, una labor que ha estado ligada al ser humano, a sus necesidades espirituales, a connotaciones que no se miden como el número de personas que asisten a un evento, sino por el grado de participación de los ciudadanos que se apropiaron de los proyectos y  pedirán que se mantengan.

¿Se auspiciaron proyectos culturales?
Se auspiciaron innumerables proyectos: festivales de cine, danza, música…, así como iniciativas coyunturales considerando la influencia territorial y el impacto social que tenían. Pretendimos llegar a sectores a los que no se había llegado antes, con festivales como el Cine Memoria o el de Cantautores Controversivos, y de esta manera apoyar a diversas agrupaciones.

¿Los festivales perdieron fuerza?
Es lastimoso decirlo, pero algunos como el Cero Latitud se apagaron. Pero estamos haciendo el lanzamiento, al final del período, de un festival de documentales para Quito. Es necesario señalar, no obstante, que hay otros festivales con menor difusión que han sido una fortaleza, como Quito ciudad de letras, que se realiza en septiembre con editorial El Conejo y el Centro Cultural Benjamín Carrión. Escritores de enorme nivel como Paco Ignacio Taibo, Mempo Giardinelli, William Ospina y Piedad Bonnett han visitado Quito y, junto a escritores ecuatorianos, han ofrecido charlas. Algunos festivales requieren más apoyo y corresponde al Ministerio y a otras entidades mantenerlos, porque son referentes de la ciudad.

Las políticas de cultura del Municipio también han apuntado a los concursos. ¿Qué pasa con ellos?
Se han dado concursos de literatura, cuento, cine. Me parece que en el futuro hay que reducir el número de premios y dejar de entregarlos durante las fiestas de Quito, porque no se puede en ese momento mirar con tranquilidad lo que se premia. Debería regularse mejor y mejorar el incentivo económico, pues categorías como cine fueron declaradas desiertas debido a que los cineastas no se sintieron motivados a participar.

La actual administración recuperó el Premio de Artes Plásticas Mariano Aguilera. ¿Cuál es el panorama de este incentivo?
Se había perdido, porque la penúltima edición fue declarada desierta con el argumento de que las obras participantes no tenían el nivel adecuado. Se cambiaron las reglas y se retomó la Bienal, premiando la trayectoria del autor y ofreciendo una exposición antológica. También se concedieron 10 becas de   perfeccionamiento.