Después de que la editorial boliviana El Cuervo, dirigida por Fernando Barrientos, publicara Vacaciones permanentes, Liliana Colanzi, no releyó su libro de cuentos: «Por un lado porque estoy en otro momento vital, y también, porque mi proyecto de escritura ha cambiado».
Ella prefiere ver esos relatos como los indicios de la escritora que fue en ese momento y que había salido de Bolivia hace pocos años. Como ella misma dice: «Miraba la descomposición de una clase y a mi país transformándose en otra cosa».
Vacaciones permanentes fue su primer libro y en él ya se vislumbra esa capacidad para el asombro y para ver en lo cotidiano un destello que transforma cada una de las siete historias de este libro. Esa luminosidad de mostrar situaciones incómodas, o que incomodan a los lectores por su cercanía a ellas es una de las características que se mantienen aún en sus nuevos trabajos, como Nuestro mundo muerto (Eterna Cadencia), libro de relatos que es parte del grupo seleccionado para el premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez de este año.
En el relato ‘1997’ estamos frente al pequeño derrumbe de una familia de clase media alta en la que Analía, la narradora, una adolescente rebelde y malcriada por su propia condición, deja ver los descalabros de la familia normal, incluso con una fuerte crítica social que se muestra en la presencia de la casa y su organización desde lo más bajo, representado por los empleados, hasta la madre retratada como alguien que no hace nada, pero que «en los formularios ponía como profesión ama de casa».
Si hay algo interesante en esta historia es cómo Colanzi, a través de Analía, va dándole voz a cada uno de los personajes: doña Lidia, la cocinera; Segundo, el chofer; su hermano, el padre y la madre, y cómo esto influye para crearnos una idea que desnuda a la familia en un tiempo mayor que es el del país, y en el cual aparecen las bondades de la nueva modernidad de finales del siglo XX. No es si no con la llegada de McDonalds que se mide la llegada de la civilización, en palabras de la madre.
En ‘Rezo por vos’, otro de los cuentos de Vacaciones permanentes, asistimos a esos momentos inesperados en que tomamos decisiones contundentes, que por alguna razón se evaporan porque no están cimentadas y solo un detalle, que una vez más no es solo un detalle sino un hecho contundente, revela la precariedad de la decisión adoptada.
‘Retrato de familia’ es una historia profundamente interesante desde el punto de vista narrativo. El ayudante de un fotógrafo, mientras acicala a una anciana, asiste a la develación de un secreto. Hay dos planos que van contándose en un mismo espacio, la casa en donde se tomará la foto, el área destinada para ella, y la cocina en donde se escucha una «pelea» familiar que termina cuando una de los personajes repara en lo que está haciendo este ayudante de fotógrafo.
Vacaciones permanentes le tomó tres años de escritura, y Nuestro mundo muerto, seis. «Mi tiempo de escritura es muy lento… necesito tener varias horas por delante para poder escribir y conocer las motivaciones de mis personajes», comenta.
Liliana Colanzi, que nació en Santa Cruz de la Sierra en 1981 y que vive en Nueva York (Ithaca), es docente de Literatura en Cornell, y además, editora. Su sello particular e independiente se llama Dum Dum y está destinado a los géneros que ella considera híbridos: «El ensayo, la ciencia ficción, la imaginación de una sensibilidad nueva, pero también para el rescate de proyectos periféricos de otras épocas que no encontraron su lugar en el canon».
Como toda buena escritora, Colanzi también dedica mucho de su tiempo a la lectura. Cuando tuvimos este pequeño diálogo ella acababa de leer La vegetariana, de la coreana Han Kang, una novela que definió como «muy poderosa sobre una mujer castigada duramente por reafirmarse en un pequeño espacio de independencia y por seguir su deseo».
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N. del E.: Liliana Colanzi Serrate tiene una maestría en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Cambridge y está haciendo un doctorado en Literatura Comparada de la Universidad de Cornell. Ha publicado en medios como El País, Letras Libres, Americas Quarterly, The White Review y Etiqueta Negra. Es parte del cartel de escritores extranjeros de la Feria Internacional del Libro de Guayaquil 2017, que inicia el miércoles 6 de septiembre. Allí participará en tres mesas: ¿Qué leen los que escriben?, donde aparecerá junto a Ernesto Carrión y Juan Camilo Rincón; ‘Yo soy poeta’, con Andrea Crespo y Ernesto Noboa, y ‘Vivir para escribir’, con Solange Rodríguez y Edmundo Paz Soldán.