Espero que me disculpen por lo autorreferencial. Esta vez quiero contarles acerca de algo que empezó como un sueño. En febrero de 2001, la Asociación de Correctores de Textos del Perú (Ascot) me invitó al I Encuentro Nacional de Correctores del Perú. Este fue impresionante: la fila de personas que querían inscribirse era de casi una cuadra, y las charlas dieron cuenta de una profesión que estaba empezando a hacerse visible en nuestro país vecino. En ese entonces, la presidenta de la Ascot, Sofía Rodríguez, a quien solo había conocido virtualmente, y Antonio Martín, presidente de la Unión de Correctores de España (Unico), me convencieron de que era posible reunir a los correctores de textos del Ecuador, y el éxito del Encuentro peruano fue, sin duda, un aliciente. Entonces empezó el sueño.
Al llegar a Quito, me comuniqué con mis amigos correctores, quienes me contactaron con otros colegas. El 27 de abril de 2011 fue la primera reunión oficial de la Asociación de Correctores de Textos del Ecuador (Acorte), con aproximadamente 20 personas de Quito, Guayaquil y Cuenca. La idea, al fundar la Acorte, fue que quienes nos dedicamos a la corrección tuviéramos un espacio desde el cual pudiéramos hacer visible nuestra profesión, pues, aunque es fundamental en todo proceso de publicación, suele ser bastante invisibilizada. Este “hacer visible” nuestra profesión consiste, entre otros temas, en lograr una mejor situación laboral para quienes corregimos, es decir, que se nos pague lo justo, que se considere nuestra importancia dentro de la cadena editorial, que se contrate a gente preparada, etc.
La labor de la Acorte también pasa por una capacitación constante de los correctores. En Ecuador no existe una carrera de corrección de textos, y hasta que esto ocurra (que esperamos que sea pronto) nos empeñamos en capacitarnos, actualizarnos, unificar criterios y formar, desde nuestros espacios, a nuevos correctores de textos. La Acorte participa de manera activa en alianzas con otras asociaciones de correctores del español, y varios de sus miembros hemos asistido a los congresos internacionales de correctores de textos. Esto ha permitido que la Acorte se dé a conocer no solo en Ecuador sino en el resto de países y ha contribuido a que nos sigamos actualizando.
Además, la Acorte organiza cada año el concurso Caza de Erratas. En este, invitamos a la ciudadanía a tomar fotos de errores ortográficos y gramaticales que aparecen en anuncios y vallas publicitarias. Este año contaremos con el apoyo de la Universidad de las Américas (UDLA). Así como la UDLA, nos han apoyado en estos ocho años otras instituciones educativas, librerías, editoriales, medios de comunicación, etc. De esta manera, hemos logrado construir una red en la que se hace visible nuestra profesión.
El sueño de la Acorte sigue vigente, pues no es solo cuestión de fundarla sino de darle vida y hacer que crezca. El año pasado fue crucial para la Acorte y la corrección de textos en nuestro país, pues logramos que la Setec incluyera nuestro perfil técnico. Hemos empezado un proceso que permitirá que quienes corrigen puedan certificarse y ser reconocidos por la Senescyt. A finales de este año se tomarán los primeros exámenes para esta certificación. Así, no solo se beneficiarán los miembros de nuestra Asociación sino todos los correctores del Ecuador, y, con ellos, las instituciones que los contraten. En estos ocho años hemos logrado, sin duda, muchas cosas; el camino no ha sido sencillo, pero sí muy gratificante y seguimos llenos de esperanzas. Esperamos cumplir muchos años más, seguir soñando y, sobre todo, lograr que la corrección de textos ocupe el lugar que se merece. ¡Feliz cumpleaños, querida Acorte!