En su edición No. 292 (5 de junio de 2017), la revista cultural CartóNPiedra, de EL TELÉGRAFO, publicó una entrevista a Alfonso Ortiz Crespo, ex Cronista de la Ciudad. En ella, él se refiere a su renuncia, a su gestión y a la situación en la que encontró el Archivo Metropolitano de Historia (AMH) localizado en el parque de La Circasiana, en Quito.
De acuerdo con esa entrevista, la renuncia de Ortiz fue exigida por el alcalde Mauricio Rodas por presentar un informe favorable para que una calle de Quito llevara el nombre de Arturo Jarrín, dirigente de Alfaro Vive asesinado en 1986. Pero, en lugar de asumir sus responsabilidades personales, Ortiz trata de explicar su renuncia y justificar su limitada gestión, tomando mi nombre y refiriéndose a mis labores como Cronista de la Ciudad entre 2011-2014.
Lo que más llama la atención es que Ortiz sostiene: «Hay gravísimos problemas, desde el punto de vista administrativo, técnico, funcional, de todo tipo». Añade que él presentó alguna propuesta «que nunca tuvo eco porque el archivo no tiene un centavo desde hace años»; afirma que «tampoco hay un solo documento digitalizado», y finaliza diciendo: «Igual que no se pudo avanzar durante la gestión de Juan Paz y Miño, ¿qué hicieron él y Jorge Salvador Lara [tío de Ortiz, N. del A.] para mejorar el archivo? No ha habido avances porque el Municipio, como institución, desde hace varios años no le ha dado importancia al tema».
Es evidente que Ortiz no conocía cómo estuvo el AMH cuando me desempeñé como Cronista de la Ciudad. Ni siquiera se preocupó por revisar la página web creada bajo mi gestión, ni la página de Facebook (Archi-vo Metropolitano de Historia-Quito) que a diario publicaba una nota sobre historia de Quito hasta cuando dejé las funciones, y que aún se conserva en internet.
La página archivoqhistorico.quito.gob.ec, que todavía se halla en la red, y que ni siquiera ha sido cambiada en sus contenidos desde 2014, tiene varias secciones.
Bajo ‘Historia del Archivo’ hasta el día de hoy sigue constando esta información:
En abril de 2011 fue nombrado como nuevo Cronista de la Ciudad el Dr. Juan Paz y Miño Cepeda, quien impulsó la renovación del AMH, pues con su gestión se ha logrado, entre otros: incrementar el personal, contar con el inventario general de libros/documentos, organizar el archivo bajo una clara clasificación, iniciar el fondo bibliográfico con la idea de establecer en el futuro la gran biblioteca quitológica, crear bases de datos historiográficos, impulsar la difusión de artículos sobre la historia de Quito, extender las relaciones archivísticas, dar los pasos necesarios para la digitalización del archivo e incursionar en las redes sociales electrónicas para difundir las labores del AMH y, ante todo, la historia de la ciudad, desde una perspectiva social amplia.
El AMH cuenta hoy con equipos computarizados y contará en breve con un escáner planetario para la digitalización documental. Se han ingresado más de 12.000 registros de las Actas del Cabildo, correspondientes a 1534-1710, y más de 3.000 documentos han sido procesados y se han publicado las Actas del Cabildo hasta el número XLV, correspondiente a los años de 1688-1696, el Volumen Especial de Actas del Cabildo por el Bicentenario de la Revolución Indepen-dentista de Quito 1808-1812 y la Revista Museo Histórico Nº 69.
En la sección ‘El Cronista’ igualmente se mantiene (después de tres años de haber dejado esas funciones), lo siguiente:
En abril de 2011 y de acuerdo con la Orde-nanza del año 1999, el Concejo Metro-politano de Quito, a propuesta de la terna presentada por el alcalde Augusto Barre-ra, designó como nuevo Cronista de la Ciudad al Dr. Juan José Paz y Miño Cepe-da, reconocido historiador ecuatoriano, quien se ha mantenido al frente de estas funciones hasta el presente.
En la sección ‘Publicaciones’, bajo ‘Museo Histórico’, aún constan los índices de contenidos desde el número 1 hasta el 69. Y bajo ‘Libro de Actas del Cabildo’ están los índices desde el número 1 hasta el 47, además de que pueden bajarse en PDF los números 45, 46 y 47. El registro de esas publicaciones termina en 2014, porque el nuevo Cronista no añadió más que su foto en la portada de la página web y un resumen de su currículo.
Numerosos documentos, libros y artículos están archivados en el computador máster instalado en el AMH para uso de los investigadores, de lo cual, al parecer, desconocía el cronista Ortiz en sus años de gestión.
Cierto es que no contábamos con recursos. Ello no frenó las actividades del AMH. Logré aumentar el personal técnico, involucrar a los colaboradores del Archivo en una eficaz atención, actualizar el inventario, arreglar las estanterías, clasificar documentos en cajas apropiadas, preservar los libros, registrar investigaciones, crear instrumentos de difusión de la historia de Quito por internet, fomentar la consulta de la ciudadanía, publicitar las actividades del AMH, y hasta el arreglo y limpieza del edificio y su infraestructura. Conseguí un escáner planetario con el expreso propósito de digitalizar documentos; pero en lugar de enviarlo al AMH, fue retenido por la oficina de administración de archivos, que no lo necesitaba. Sin embargo, con el simple y viejo escáner de la oficina logramos una serie de digitalizaciones. Adquirimos libros sobre Quito mediante donaciones que permitieron ampliar la biblioteca de historia de la ciudad en la misma Circasiana; conseguimos, entre otras obras, buena parte del Registro Oficial del pasado, mediante donaciones también. Logré que la PUCE nos ayudara con el empastado de varios tomos de documentos del AMH a través de una especie de intercambio de servicios, pues doné unas cuantas cajas de libros de mi biblioteca personal. Publicamos dos libros de actas y uno digital. Son innumerables las intervenciones, asesorías y acciones que cumplí para colocar la historia de Quito al servicio de los quiteños, incluyendo las responsabilidades que tenía ante el alcalde y en la Comisión de Asuntos Históricos del Conce-jo Municipal. Una de las ‘luchas’ más significativas fue la defensa del Himno a Quito con el cambio de una de sus estrofas (iniciativa del alcalde Barrera y apoyada por la mayoría de concejales), a fin de que la ciudadanía exaltara la gesta independentista, en pleno proceso de conmemoración del bicentenario emancipador del Ecuador.
De todo ello hay suficiente información en la prensa, que en múltiples oportunidades resaltó la renovación y el progreso del AMH, así como las labores del Cronista. En la misma página web del Archivo sigue constando alguna información al respecto. Y en La Circasiana quedó un amplio archivo de notas y recortes, no solo como respaldo de la gestión, sino como fuente para continuar preservando la historia de la ciudad.
Tendría mucho más que presentar para desmentir las palabras del ex-Cronista, que no logró hacer lo que se propuso por falta de recursos, según él mismo afirma. Pero es mejor dejar en claro, finalmente, que eludir responsabilidades propias fijando las culpas en otras personas o circunstancias es una mala, aunque vieja práctica. Más o menos como decir: «Yo no hice nada, pero ellos tampoco…».